Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2009

El Zahir

" Según el escritor Jorge Luis Borges, la idea del Zahir procede de la tradición islámica, y se estima que surgió en torno al siglo XVIII. En árabe, Zahir significa visible, presente, incapaz de pasar desapercibido. Algo o alguien con el que, una vez entramos en contacto, acaba ocupando poco a poco nuestro pensamiento, hasta que no somos capaces de concentrarnos en nada más. Eso se puede considerar santidad o locura. " Enciclopedia de lo Fantástico, 1953, Faubourg Saint-Pères Cuando leí por primera vez esta nota inicial a la novela de Paulo Coelho, decidí que no podía leerla, no en aquel momento. Acababa de terminar una relación corta pero intensa que se había descalabrado de la peor manera posible (siempre es de la peor manera posible cuando se meten terceras o cuartas personas por el medio). No podía descubrir entonces que Ella era esa persona que retenía mis pensamientos, que apresaba mi atención y me impedía concentrarme en nada más. Si hubiese descubierto aquello, nunca

Gatos y ratones

Imagen
Estos días le he dado muchas vueltas a la noche del sábado. Supongo que mirar las heridas de mi mano me lo recuerdan inevitablemente. Tampoco es nada desagradable en lo que pensar (aunque la energía negativa de la palmera me destroce de cuando en cuando). Sin embargo, lo que más me llama la atención, es mi empecinamiento con los gatos y los ratones (cacé otro ratón hace un par de noches). Así que me he dedicado a profundizar en esta idea. Cazar a un ratón Los ratones son animales rápidos, escurridizos, siempre en movimiento, siempre con esos ojillos nerviosos revoloteando de un lado a otro. Para cogerlos, es necesario actuar sin dudar, con ímpetu, con velocidad, decidir enseguida qué se puede hacer para cogerlos y ponerlo en marcha lo más pronto posible. De no ser así, el ratón acabará dando un salto que le permita alejarse del cubo y desaparecer entre las tuberías de la calefacción. Pero si actúas deprisa, es tuyo. Lo tienes. ¿Lo tienes? Sí, cierto… Pero… ¿Por cuánto tiempo serás capa

Una noche más

Los arañazos de mi mano comienzan a escocer. No me di cuenta ni de que estaban ahí hasta ahora. Hoy ha sido uno de esos días extraños llenos de realismo mágico que siempre han poblado mi vida. Salimos más bien tarde de la academia. Pero nos metimos en el bar. Contando experiencias, escuchando historias, riendo, flipando... Nos pasamos casi dos horas... O sin casi. Nos dieron las nueve y media de la noche. - ¿Te acerco? - No, gracias, me apetece dar un paseo. Calles oscuras, ya en plena noche. En mi cabeza las paranoias de mi madre... Pero a pesar de dejar que mi corazón se desbocase de miedo, no dejaba que me afectase de ningún otro modo. Caminé por los mismos callejones de siempre, observando con mayor atención las sombras, a la gente... Poniendo todos mis sentidos (salvo el oído, que iba cubierto de música) en cada uno de mis pasos. Pasado el parque (sí, tu parque...), dejé de tener miedo. Y justo en ese momento, un enorme labrador se acercó a mí agitando la cola y apoyó su cabeza en
Hoy me duele hasta respirar. Cada uno de mis músculos, de mis huesos, de mis tendones se ha puesto de acuerdo con mi cabeza para que operaciones tan simples como bostezar, desperezarme, intentar levantarme, escribir sobre el teclado del ordenador... Resulten tan dolorosas que me hagan pensarme muy mucho eso de levantarme de la cama y hacer algo útil con mi vida. Pero hoy ni a mi cabeza le apetece levantarse... Estoy aturdida, estoy cansada (infinitamente cansada), estoy... mmmmmm ¿triste? En fin, ¿para qué analizarlo? Siempre he dicho que cuando el cuerpo no puede, tiene que tirar la cabeza. ¿Pero y cuando ella se niega? Y cuando sencillamente estás tan, tan, tan arrastrada que te parece increíble la idea de que ayer no te importase el dolor (que nunca desaparece) y pudieses caminar un mínimo de 6km al día, pasar por el gimnasio, incar los codos un par de horas y hasta sonreír. Mierda... Supongo que la niebla me ha dejado un poco pesimista. Soy la chica del tiempo... Si llueve, deprimi

Noche extraña

Es... Curioso... La noche fue extraña... ¿Por qué? Porque he dicho que NO. Que no a ir al quinto coño al piso de una desconocida. Sabía lo que pasaría. A mí no me pasaría... No me apetecía apalancarme. He dicho que NO a los recuerdos, a los malos sentimientos. Al egoísmo... A mí misma... Lo único a lo que no he podido negarme, es a ti... Por eso te llamé... Por eso me quedé hablando contigo hasta que conseguí la promesa de una sonrisa... El resto de la noche está en tinieblas... Porque no puedo pensar en nada más... Ni siquiera en las chicas a las que he besado alguna vez y que ahora pasan por delante de mí... Ni siquiera a las chicas por las que he sentido algo, que ahora ya no despiertan nada... ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no puedo pensar en nada que no seas tú? Voy al baño... cierro la puerta... Y hasta allí... Borracha como una cuba, cierto día escribí tu nombre enlazado al mío con un corazón, a fuerza de uñas rascando el esmalte de la puerta... Tú, tú, tú... Pero no te tengo... No

Sonrisas y hormonas

Ayer pasé el noventa por ciento del día con una sonrisa de esas que iluminan dibujada en los labios. ¿Por qué? Bueno, es obvio... Por ti. Sí, mi chica dulce y silenciosa, sólo por ti. Hoy no ha sido uno de esos días de sonrisas. Es lo que tienen las hormonas. De todas formas, pensarte, siempre se convierte en un paraíso. Y curiosamente, no soy capaz de dejar de hacerlo. Pero no puedo negar que me faltaba algo hoy... Me faltabas... Tú... Más que nunca... Me faltas tú. Siempre tú. Sólo tú... ... Todavía trato de recuperar las palabras... Porque ya no es que se hayan ido... Resulta que me las robas... Me dejas sin aire... Y sin aire... No me sale la voz. Así que simplemente: "La distancia siempre es una maldición. Te prometí la luna y tú me diste el sol. Siempre tan atenta dándome tu amor. Fuera está lloviendo allí hará calor. Cada sensación, las caricias y tu voz en mi mente fluyen, bañan mi ilusión. Y tu sencillez se convierte en mi razón de seguir viviendo sin dolor. Sin ti enloqu
Hay momentos en la vida en que las consecuencias de tus actos te muestran que no estás circulando por el camino por el que quieres andar. Tus actos… Sí, esos martillazos que tanto le duelen al corazón. Y viéndolo todo desde una perspectiva más amplia, cuando te retiras unos pasos para recuperar el aliento, te das cuenta de que de pronto algo intangible se ha vuelto gran parte de tu vida. Y en lugar de huir, como has hecho siempre, te abrazas a ello con desesperación, tratando de no perderlo… Porque sí… Es el motivo por el que te levantas cada mañana. Es el motivo por el que sonríes cada día. Es… Ella… Y es que un “te quiero” se hace poco cuando te das cuenta de que te estás enamorando. Y cuando ves que lo darías todo… Cuando piensas que es tarde y ya lo has echado a perder… Lo ves todo mucho más claro. Ves lo que no quieres en tu vida… Ves lo que sí quieres… La ves a Ella… Y todo encaja. Sí, como las piezas de un puzle. Cada una en su lugar, cada una con su hueco perfecto… Como tú y yo