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Mostrando entradas de marzo, 2010

Insensibilidad

Hace unos años, en tercero de carrera, creo, quisimos hacer un documental sobre el voluntariado en la Protectora de Animales y Plantas de Santiago. Sin embargo, cuando llegamos allí para recopilar información, nos encontramos a una excavadora a punto de tirar el lugar. No salía rentable, así que habían vendido el terreno que albergaba a casi 300 perros, algunos gatos y hasta una oveja. La solución había sido la creación de una Perrera Municipal. Así que en lugar de un documental, sin quererlo, nos vimos reducidos a un reportaje sobre el cierre de la protectora a pesar de la necesidad que había de que existiese. Pensaréis, a esta se le cruzó un cable, ¿eso ahora a qué coño viene? Viene a que estoy harta de cómo trata la gente a los animales. Sin ir más lejos, mis vecinos. Cuando llegué a este barrio, en la casa de al lado tenían a tres pastores belgas preciosos encerrados en un recinto de unos dos metros cuadrados del que no salían ni para que les limpiasen la mierda. Eran madre, padre

¡Cuánto he aprendido!

En este último año, es más, en estos últimos días, he aprendido un montón de cosas. Algunas ya las sabía y las he ido recordando... Otras, son demasiado nuevas y todavía me cuesta acostumbrarme a ellas... He aprendido que es la gente que más cerca está de ti, en la que confías, a la que quieres, la que es capaz de destrozarte el alma con una sola frase... Y que cuando empiezan a escupir es difícil que se detengan, dejándote un poquito más abajo que la altura normal del suelo: hundida. He descubierto que a veces pasas por la vida de la gente como una estela, que pese a lo mucho que hayan podido marcarte a ti, no han recibido nada de tu lado y te olvidan con una facilidad pasmosa. Tan deprisa y tan fácilmente que no tienes que molestarte en pensarlo. Seguramente recuerdo con tanta frecuencia como me olvidan a mí. He comprendido que las lágrimas no siempre ayudan, que cuando apenas puedes recurrir a otro medio de desahogo, no son suficientes, no te vacían, no te limpian toda la mierda que

¡¡¡Una vez más en la brecha!!!

Antes de nada, Pancho ya está en casa. Ese mismo día, después de pasarme casi cuatro horas caminando Santiago arriba, Santiago abajo, cuando me di por vencida y regresé a casa, me estaba esperando en la puerta el muy capullo. Así que no intentéis buscar una mopa con patas por distintos puntos de la España profunda... La tengo yo. Una vez más en la brecha, amigas. En la brecha, que es donde duele. El Circo del Sol viene a España. Está en Santiago de Compostela tres días. Oportunidad única e irrepetible. Ya es imposible conseguir entradas, pero mi hermano había decidido regalarle cuatro a mi madre para que fuésemos sus tres hijos con ella. ¿Genial, verdad? Pero, una vez más en la brecha, sí... Acabo de preguntarle a mi hermano la fecha de dicho acontecimiento... Es el 24 de abril... Me voy a Madrid el 23... Maldita sea... De nuevo, una vez más en la brecha. Acabará rompiendo...
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Ante todos los comentarios de ánimo, muchas gracias. El viaje es a Madrid, a rendir las últimas cuentas con lo que llevo un año y algo rumiando... A nivel laboral, por supuesto. Estaré allí una semanita, sobre la tercera semana de abril. Así que aún queda. Pero gracias de todas formas. Yo soy la inútil. Yo soy la irresponsable y la torpe. Soy la niña pequeña que siempre quiere tener razón pero que no la tiene nunca. Soy la despistada, soy la tonta confiada a la que siempre se la dan con queso. Soy gilipollas con todas y cada una de las letras: G-I-L-I-P-O-L-L-A-S. Sin embargo, soy la que nunca ha dejado escapar al perro. Veréis, si escribo esto es por la sensación en la nariz, ese picorcillo que indica que el lacrimal se está inflamando y que en breve dejará soltar las lágrimas. No quiero, no me apetece y por eso escribo. Así que estáis a punto de ver lágrimas de rabia, de preocupación... De yo qué sé qué más... Aviso, por si acaso. Mi madre tiene la fea costumbre de sacar al perro sin

Sueños desagradables

Llevo dos días teniendo sueños desagradables. No llegan a ser pesadillas, pero no quiero tenerlos y me despierto a cada poco. Intento volver a dormirme imaginando cosas agradables, pero al final siempre se me cuela algún pensamiento que me hace retomar el hilo de los acontecimientos soñados. Vaya mierda, ¿no? Pero bueno, sobreviviré... También ha vuelto a llover tras dos días de calma. Lástima... Ayer estaba un día genial para correr. Si se hubiese mantenido mañana habría sido agradable... Pero supongo que tocará mojarse. Luego a casa y a la ducha... Está bien... Al menos saldré a correr, que ya lo echaba de menos. Por otra parte comienza la recta final... Ya hay hasta fecha... Ufff... Ayer averiguarlo fue como encender la mecha de una bomba... Ya tengo los billetes de avión, he alertado a mi prima para que me reciba y supongo que avisaré a la gente que conozco por allí al menos para tomar algo. Me quedaré toda una semana, así que habrá tiempo... Ocurra lo que ocurra, llegamos al final