Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2012

Comprimir una vida. Parte II

No, no busquéis la parte uno. Ese fue el momento en que me tocó marcharme a buscar piso en una ciudad enorme con ciertas tendencias fagocitadoras y con ganas de tragarme de un bocado. Ahora ya tengo piso, he venido de vacaciones y tengo que comprimir mi vida en pequeñas cajas que siempre me tangan espacio, obligándome a coger más y más... ¿Cabe todo lo que quiero llevarme en un coche? ¿Cabe en una casa? Supongo que sigo ligeramente aturdida por el hecho de que por primera vez en mi vida me toca vivir absolutamente sola, sin compañeros de piso, sin pareja, sin madre, sin hermanos... Hasta sin mascota... Sólo yo. Sólo yo, un portátil y un sofá de tapizado horrible al que tengo que enfundar en algo para que no parezca tan horrendo... Y una cocina que desengrasar... Vajilla que comprar, ollas que localizar... Y... Y respiro hondo... Poco a poco... Que las prisas no son buenas y ya vuelve ese recurrente dolorcillo de cabeza que me trae loca... A seguir adelante con lo que venga. Qué r

Vacaciones

Imagen
Al fin... Al fin no, porque sólo han pasado un par de semanas, ni siquiera un mes. Dios, ¿se puede añorar tanto a alguien en tan poco tiempo? Se me hará eterno el espacio de tiempo entre el ahora y mañana a las 18:20 cuando baje del avión y la vea esperándome en el aeropuerto... Estas vacaciones han surgido como una bendición en el momento preciso... Y me han permitido marcharme con todo solucionado. Ya tengo piso, ya tengo un huequecillo hecho en el trabajo, ya voy pillando el ritmo de cómo se hacen las cosas aquí... Y toca enfrentarse con lo difícil, con lo que no he visto nunca... Pero eso queda postergado para el día uno de septiembre, cuando toque regresar del paraíso a la realidad. El caso es que me quedan 25 días por delante para ser un poquito feliz, para compartir con la persona de la que estoy enamorada un poco de tiempo más del que ya habíamos tenido hasta ahora... Para dar un respiro al echarnos de menos. Para volver a acostumbrarnos a tenernos cada día, cada hora...

Perfección...

Imagen
Quedarse un día en la cama, sin dejar de besarte, recorriendo tu cuerpo con mis manos una y otra vez, con caricias carentes de intención y caricias llenas de significados subyacentes. Sentirte dentro de mí en todos los sentidos, reventando de amor mi corazón, entregándome placer, llenando mis días y mis noches de hambre de ti... Dejar que me abraces, dormirme y despertarme guarecida por tu calor, notar tu aliento en mi nuca, tu brazo alrededor de mi cuello, tu mano sobre mi vientre... Susurrarte al oído que te quiero sólo por el placer de escuchar lo mismo en respuesta, de saber que tu corazón es mío y que realmente siento que cada noche la Luna sale sólo para mí... Amarte como lo hago.  Y tener la certeza de que en tu pecho crece el mismo sentimiento.