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Mostrando entradas de febrero, 2017

Análisis de la personalidad externa subyacente. Vol. I MIS DEFECTOS

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Alguien me enseñó una vez a analizar cada filamento del que se compone el mundo. En aquellos instantes, no aprendí bien la lección. Quizás era muy joven. Ahora, a lo tonto, me quedan un par de años para llegar a su edad por aquel entonces, y parece que comienzo a darle más vueltas a la cabeza que con 25 añitos. Así pues: ANALICEMOS. Bien, comencemos pues con algo que me tiene muy jodida rayada preocupada últimamente: MIS DEFECTOS. Por supuesto, tengo muchísimos, como todo el mundo. Tengo toda una biblioteca interior, una galería de arte, una piscina, incluso un mar de defectos... Pero hoy me voy a centrar en tres en concreto, en los que más me preocupan y que he sido incapaz de cambiar en toda mi vida.        1. NECESIDAD DE COMPARARLO TODO Mi primera ex me decía siempre que las comparaciones son odiosas, que tenía que quitarme la costumbre de buscar similitudes. Pero ¿en qué? ¿Entre qué? En todo... No puedo evitarlo. Soy de esas personas para las que se han cre

Nasha

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Así es como quiero recordarte.  Me escuecen los ojos de la lluvia de mar que los ha inundado durante toda esta tarde. A veces, maldigo la sensibilidad que me arrastra a las profundas aguas del recuerdo continuo. Aunque he de admitir que tú lo mereces. Nombrarte, trae de vuelta las mareas a esta playa cansada de llorarte aún cuando todavía ni te habías ido, cuando sólo comenzabas el camino. Supongo que a veces no eres consciente de todo el amor que encierra tu corazón hasta que te arrancan un pedazo de golpe. Porque la vida es así. Pero... ¿Por qué tiene que serlo? Dulce, alegre, cariñosa y leal. A veces caprichosa y sin duda un grano en el culo, de esos que no puedes dejar de rascar. Ya no volveré a acariciar tu pelo suave, ni a reñirte cuando te acercas disimuladamente para chuparme la mano, ni a pedirte silencio cuando armas una escandalera cada vez que llego a casa. No volverás a ladrarme cuando llegue a casa. Sólo pensarlo, mi corazón siente un latigazo que lo atrav