Soñando que te sueño
Cierro los ojos con tu calor sobre mi pecho. Has dejado la mano justo allí encima. Pero cuando vuelvo a abrirlos, ya no estás. ¿Te has ido? ¿O quizás me engaño y nunca has estado? Me levanto pensando en ti, para variar. Suspiro y miro alrededor. ¿Dónde estoy? Las telas de la tienda de campaña me confunden. Tardo algunos minutos en asimilar que de nuevo he regresado al campamento militar, que estoy dentro de mi tienda, que debo levantarme y ensillar a Turnedo para seguir cabalgando con mi ejército hacia tu territorio, hacia tu castillo ambulante. Consigo despejarme ligeramente al empapar mi cara. Suspiro de nuevo. No puedo dejar de pensarte, no puedo dejar de recordar esos sueños en que te tengo, en que apoyas tu mano sobre mi piel y la deslizas dibujando una caricia. Un escalofrío me recorre el cuerpo entero. Pensarte siempre me provoca esas sensaciones. Cierro los ojos y te pienso un instante más, libre de todo lo que no seas tú. Pero el ruido del campamento me devuelve a la realidad....