En distintos momentos de mi vida, me he encontrado con diversas cosas vetadas, prohibidas... Ahora no es una excepción... En ocasiones fueron lugares: - No vayas al monte tú sola. Te puedes perder, puedes encontrarte algún animal que te ataque, puedes caerte... Más tarde, vas creciendo y en lugar de prohibirte lugares, te prohiben actos: - No lleges tarde a casa. No toques eso que lo pudes romper. No le peques a tu hermano... Y a medida que creces más, terminan prohibiéndote hasta comer cierto tipo de cosas, o algunos hábitos: - No beba alcohol. No fume. No coma alimentos con grasas saturadas. Y finalmente, te acostumbras tanto a las prohibiciones, que eres tú misma quien te las impones. - No debería ir por ese callejón de noche. No debería haberme acostado con aquella tía. No debería fumar... Y sobre todo... - No, no te fijes en ella. Ella está prohibida. Quizás aprendemos a defendernos. Quizás cada vez tenemos más miedo. O quizás, y sólo quizás, por mucho que nos prohiban las cosas, ...