Olor a Verano
El otro día haciendo la compra, sentí un impulso súbito de meter un objeto en el carrito (además de las cuatro botellas de Lambrusco). Agarré el estuche metálico y cilíndrico, azul con letras blancas, lo deposité con el resto de mercancía y continué con mi viaje por los distintos pasillos del supermercado.
Llegué a casa y abrí el bote. Retiré el papel de aluminio que lo cubría y la crema blanca despidió su aroma característico. "Huele a... huele a... a...". Mientras la extendía por mis brazos dí con la respuesta. Salí corriendo de la habitación para buscar a mi madre y en cuanto la encontré le planté mi antebrazo ante las narices y la insté a olerme.
- ¿A qué huele, mamá?
Me miró como siempre con excepticismo, casi a punto de pronunciar lo de siempre ("estás loca"). Pero de pronto sus ojos se abrieron desmesuradamente. Lo reconocía, pero su lengua patinaba entre sus labios. No sabía qué era exactamente.
- ¿No te huele a Verano?
¡¡¡Sí!!!
De niños, al volver de la playa, mi madre nos echaba crema de Nivea (los after sun se inventaron mucho después) para suavizar nuestras pieles y aliviar posibles quemaduras provocadas por el sol. Por eso, todos los veranos de mi infancia se veían impregnados del aroma de Nivea. Y entonces reflexioné unos instantes. Me llevé la mano a la boca y lamí el dorso. Nada. No sabía a productos químicos. No sabía a nada. Sonreí. Nivea...
Y automáticamente pensé en ti. Porque siempre, haga lo que haga, acabo pensando en ti.
Llegué a casa y abrí el bote. Retiré el papel de aluminio que lo cubría y la crema blanca despidió su aroma característico. "Huele a... huele a... a...". Mientras la extendía por mis brazos dí con la respuesta. Salí corriendo de la habitación para buscar a mi madre y en cuanto la encontré le planté mi antebrazo ante las narices y la insté a olerme.
- ¿A qué huele, mamá?
Me miró como siempre con excepticismo, casi a punto de pronunciar lo de siempre ("estás loca"). Pero de pronto sus ojos se abrieron desmesuradamente. Lo reconocía, pero su lengua patinaba entre sus labios. No sabía qué era exactamente.
- ¿No te huele a Verano?
¡¡¡Sí!!!
De niños, al volver de la playa, mi madre nos echaba crema de Nivea (los after sun se inventaron mucho después) para suavizar nuestras pieles y aliviar posibles quemaduras provocadas por el sol. Por eso, todos los veranos de mi infancia se veían impregnados del aroma de Nivea. Y entonces reflexioné unos instantes. Me llevé la mano a la boca y lamí el dorso. Nada. No sabía a productos químicos. No sabía a nada. Sonreí. Nivea...
Y automáticamente pensé en ti. Porque siempre, haga lo que haga, acabo pensando en ti.
Comentarios
Besitos!!!
Yo también recuerdo mi infancia de Nivea... Para las quemaduras del sol un día de playa...
AIns... qué tiempos aquellos..!
Besitos..!
Los olores te transportan a otros años.. que no??
besitos!
Agarimos
yo hace unos años tomé un bebé en los brazos y su olor me trajo una sensacion de antaño enorme...
le dije a mi hermano que lo oliera y a el le paso exactamente lo mismo...
al final mi madre nos ayudo con la respuesta... y es que cuando bebes a ambos nos echaban la misma colonia para bebes...
:) tierno no???
aun guardo una botellita en mi casa :)
saludos
^^
Pasaté por el blog, a ver que encuentras!
Un besazo, cosa guapa
SUERTE!!!!
Me encantó el post [...] me trajo buenos recuerdos, el olor de las campurrianas recien horneadas, el olor del agosto en la montaña, el olor de sus besos en la nuca ....
Un saludo desde CANTABRIA Any.