#RetoInspiración día 5 de Jimena Fer


Carta a mi yo de 20 años.


Hola, Any. Sé que por ahora no te mola una mierda que te llamen así pero créeme, te acabará encantando. Incluso cuando acentúen la y. Hoy vengo a contarte un par de cosillas que no sabes y también alguna que, a día de hoy, tienes en tu mente como certeza absoluta y que puedo asegurarte que seguirá siendo así por años, miedos e historias que pasen.

A ti te queda más cerca. Seguro que recuerdas la primera vez que tocaste el grip de un balón de rugby con las yemas de los dedos. Ese tacto rugoso que generaba tal escalofrío que cualquiera habría jurado que se mantendría en el tiempo. A pesar del miedo. Porque sí, te parecerá increíble porque eres la Chica Sin Miedo, pero te vas a acojonar viva y dejarás de jugar una buena temporada. ¡Y con lo que te había costado volver! Es que te has perdido unos cuantos telediarios, cariño. Pero nada, que al final una pandemia mundial te devolverá el valor y sentirás de nuevo ese escalofrío recorriendo tu cuerpo. ¡Y de qué manera!

Otra de esas pasiones que compartimos tú y yo es el roce de unos labios en los tuyos. ¡Qué vicio! ¡No te imaginas la de besos que vas a dar en unos años! Ahora te parecerá algo complicado, pero vivirás una época en la que disfrutarás de todo el juego de seducción que lleva hasta los labios de otra mujer. En ocasiones disfrutarás un montón, en otras querrás salir corriendo y solo lo conseguirás por los pelos. ¡Vaya añitos de descoque te vas a pegar! Lo bueno es que lo recordarás con diversión y cariño. Y no te olvidarás de ninguna de esas mujeres, ni de la más anecdótica. Ya sabes, más historias que contar.

Y hablando de historias... Esto que te voy a contar no te va a gustar ni un pelo. Enciende el ordenador. Abre el archivo más grande que tienes. Te diría: "¿a que adivino cuál es?" Pero en realidad es un truco. Sé perfectamente cuál es. La Bestia. Aún no lo has terminado. Llevas unos años trabajando en él y lo consideras lo mejor y lo más grande que has hecho en tu vida. Lo es. Lo será. Acabará convirtiéndose en una novela increíble. Pero no lo verás publicado hasta dentro de muchísimos años. Y además no vas a hacerlo bien. Pagarás por publicar, eso que tú nunca has querido hacer. Y la editorial de autopublicación que has escogido, te va a dejar tirada, no hará nada por darte a conocer y vender tu novela. Te moverás solo tú. Y esa es la buena noticia. Gracias a ese fracaso vas a subir un peldaño más dentro de la escritura que nunca creíste que pudiese existir.  Vas a aprender un montón. En nuestras manos estará el retomar y crecer para ponernos y cumplir los objetivos que una vez soñamos. Había perdido un poco esa pasión que sé que a ti te sale por los poros y derrochas siempre que escribes. Pero quiero que sepas que estoy haciendo todo lo posible por volver a encontrar la inspiración, por fluir y dejarme llevar, por perderme horas y horas en tecleos infinitos. No sabes cuánto te envidio ahora mismo por ser capaz de conectar con tus musas sin el menor esfuerzo. Qué sensación más maravillosa, ¿eh? La sangre golpea dentro de las venas como los tambores del ejército enemigo y te obligan a moverte. A veces es suficiente con el movimiento de los dedos o de la mano al dar forma a las palabras. Otras, hace falta que sea todo el cuerpo. Conoces la sensación gracias al rugby, pero llegará un momento en que lo sientas por otro motivo muy distinto.

Te voy a lanzar una advertencia: te vas a enamorar. Empezará todo con una voz que jamás has oído y que no querrás dejar de escuchar nunca. Entrarán en juego una guitarra, un bajo y la batería. Vas a perseguirles por media España, cantando con ellos, saltando en sus conciertos. Quédate con su nombre, porque cuando los conozcas te sonarán: Megara. Pero antes de todo eso, te harán conocer a una maravillosa italiana. Sí, es ella. Es esa chica delgadita de rizos con la que sueñas a veces, con acento italiano, una mirada intensa y los labios más exquisitos que hayas probado nunca (¡Y mira que vas a probar labios!). Estas dos pasiones vendrán de la mano y te llevarán a lugares que no conocías, a saltar y bailar como nunca lo has hecho y a probar sabores asombrosos.

Porque sé que te flipa comer. Por ahora la economía no te permite grandes restaurantes y sigues disfrutando en el McDonalds o el Galeónn. ¡Ay, cielo, vaya mundo te queda por descubrir! Te voy avisando: disfruta del cuerpazo que tendrás (te vas a poner tremenda en unos años, más aún que ahora). Pero acabarás pagando los excesos que la pasión por la comida te hará cometer. Cuando llegues a los 80 kg te darás cuenta de que no es tan importante la forma física como disfrutar de aquello que te hace feliz. Y con una italiana en casa que cocina que te mueres... Pues hazte a la idea.

Espero que puedas perdonarnos por todo lo que hemos perdido (sobre todo en cuanto a escritura y abdominales) y que disfrutes de cada experiencia con esa pasión que tanto te caracteriza y que yo quiero recuperar. Por mi parte, prometo recordarte más a menudo e intentar volver a ser más como tú.

Te quiero, enana.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Afónica y apaleada

Jogo Duplo (Susana e Catia)