Tristeza





La tristeza es como un veneno de acción lenta. Puede surgir por los motivos más insospechados. Por supuesto, después de la película de Inside Out, no vuelves a verlo de la misma manera...

Cuando se instala, me cuesta echarla fuera. A veces tampoco quiero. Llámale pereza, nostalgia, incapacidad... Dejo que campe a sus anchas y que libere toda la suciedad que llevo en el corazón y en la cabeza. Me cuesta hasta moverme. Pierdo el tiempo, no hago nada, refuerzo la idea de que la existencia es algo sin sentido... Me peleo con discusiones en las que normalmente no habría entrado. Soy, en definitiva, una peor persona cuando estoy triste. Soy alguien sin control de sí misma. Y a veces me encanta.

Pero la gran mayoría de las veces odio esa sensación porque, por más que quiera, no consigo hacerla desaparecer. Es entonces cuando empiezo a "necesitar". Necesito cosas. Necesito hacer cosas. Por ejemplo, ahora mismo, necesito terminar el puñetero curso de Excell. Pero el trabajo final es engorroso y no me permito a mí misma ponerme con él. Necesito marcar una X en los propósitos para 2020. ¿Te imaginas? Marcar uno por mes... Sería una auténtica motivación a nivel psicológico. Y a pesar de que hay algunos más sencillos que otros, la sola idea de completar cualquiera de ellos me atenaza los músculos y las neuronas al mismo tiempo.

Grandes empresas y pequeños logros me aguardan este 2020. Lo que sea capaz de completar de esa lista... Ya se verá. Por ahora, me voy con mi tristeza a la cama (a descansar, malpensados).

Buona notte.



Comentarios

dintel ha dicho que…
La tristeza es parte de nosotros y la necesitamos para poder compararla con otros sentimientos y que nos ayude a ponderarnos siempre. Eso sí, cuando se instala no hay manera de echarla. Mejor dejarla deambular sin que haga nido.

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