"El mundo sigue girando, destrozando"


Parece que a pesar de todo, el mundo sigue girando (como dice Sergio Contreras en su canción Racismo, "destrozando"). Pero aquí sí echamos de menos a las almas que se han ido. Estoy algo consternada. No sé cómo sentirme. No sé si estar enfadada, triste, dolida, frustrada, rabiosa, impotente... No sé cómo tomarme todo lo que ha pasado. Porque la vida sigue. A pesar del dolor. A pesar de las muertes. A pesar de todo, las rosas siguen floreciendo.

Mi pecho es un hervidero de sentimientos sobre los que sólo destaca alguno por momentos. Sería muy pretencioso por mi parte pretender explicarlo. Nunca he podido definirme correctamente, así que no creo que ahora, con todo lo que está cayendo, vaya a ser diferente.

Pensaba irme pronto a la cama, descansar. Pero mi cabeza no para. Mi corazón bombea con más fuerza de la necesaria. Quizás me canse poco, por el día, lo cual resulta curioso porque cada mañana me cuesta bastante más levantarme.

He llegado a un punto en el que poco a poco he ido perdiendo todo lo que tenía, todo lo que hace un par de años me hacía feliz. Lo primero he sido yo misma. Mi forma física, incluso mi personalidad. Poco a poco se ha ido cubriendo de una capa de mugre que ya no soy capaz de limpiar. Después, el oval. Duele en el alma. Duele porque no tendría por qué ser una pérdida. Pero sin lo primero, no puedo continuar con lo segundo. Ahora Emma... Poco me queda ya de todo lo que en algún momento de esta existencia gatuna me haya arrancado una sonrisa. Quizás cargué a Emma con demasiado peso... Quizás le pedí que soportase no sólo mis kilos de más, sino también mis problemas y malos royos. En cuanto la perdí, volvieron mis neuras a aflorar. ¿Con motivo? Sí. Puede. No. No lo sé.

Siento que no será lo último que pierda. Siento que ayer he perdido todavía más. Un pedacito de mi alma se va con esas 14 víctimas de Barcelona. Otro parche más. Otra tirita. ¿Por qué tiene que afectarme tanto el mundo? Tengo miedo de dormir y soñar. Soñar con sombras que se acercan a romper la calma. Que tampoco es calma, sino sólo apariencia. Y quizás deberíamos dejar que lo rompan. Quizás la única manera de arreglarlo todo es tirarlo al suelo, barrer, comprar uno nuevo. Quizás. Quizás sea mejor que intente irme a la cama.

Buenas noches.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Afónica y apaleada

Jogo Duplo (Susana e Catia)

#RetoInspiración día 5 de Jimena Fer