Blanco

Hoy el día ha amanecido así: blanco. ¿Cómo podría explicarlo? Abrí la persiana y al mirar fuera, la primera impresión me llevó a pensar que había nevado. Todo era blanco. Sin embargo,  no había nieve por ninguna parte y todo estaba tan apagado...

El día ha continuado de la misma manera, teñido de un blanco sucio y apagado que describe una estampa extraña, como de historia de misterio, como si pudiese pasar cualquier cosa. En momentos como este, me siento una expectadora involuntaria de noches de luna llena. El mundo entero se vuelve del revés, sin permitir que participe en todos esos acontecimientos increíbles que pueden suceder en días como hoy. Un lienzo más sucio, más oscuro,  sobre el que no puedo dibujar trazos de pluma con tinta negra, un día para que otros, y no yo, cambien el mundo. Un día blanco.





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