Cortando el aire de un suspiro, el sueño esquiva mis brazos como un amante infiel obviaría las preguntas que le harán caer al abismo. Pocas veces me he sentido tan sin sentir. No puedo explicarlo, es quizás como si ya no fuera yo, como si faltase un pedacito de mí tan importante que habría perdido con el fragmento mi nombre, mi identidad, mis ganas y mis ánimos. De pronto el mundo me parece grande, inmenso, e inhóspito, lleno de soledad y de frío a pesar de pasar de los veinte grados de temperatura. Me faltan los ojos, las manos, los labios... Me falta todo de mí porque nadie me ha recordado que lo tengo, que es mío, que existe... ¿De qué me sirven los labios si no puedo besarte? Y quizás mañana será otro día... Y quizás sea el mismo ahora que duermo sola otra vez.
Afónica y apaleada
Podría ser el resumen o las consecuencias del día de ayer. Mmmmmm, lo es... Bessy es cruel. Nunca he estado con otra que no haya sido ella. Y sin embargo ella me engaña. Pero la que tiene derecho a cabrearse no soy yo... Y me trata como a un trapo viejo, como a una de esas telas viejas que todo el mundo aparta a patadas. Le digo que me da igual que me engañe... Y accede a bailar conmigo de nuevo. Pero cuando menos me lo espero, me golpea, marcando mi piel con infinidad de moratones. Luego la estrecho entre mis brazos, porque por daño que me haga, yo sigo queriendo volver a verla... Y entonces me demuestra lo posesiva que es... Desea marcarme, se aferra a mi brazo como una loba y me marca el bíceps succionando con fuerza. Mmmmm, sí, estoy un poco loca. No sólo le he puesto nombre a una tabla de surf, sino que considero todos sus actos conscientes. Como la venganza de golpearme el codo con la punta por haberle dicho que sólo me hacía caer para dejarme en ridículo. Me gusta el surf. Y me
Comentarios