Comprimir una vida. Parte II

No, no busquéis la parte uno. Ese fue el momento en que me tocó marcharme a buscar piso en una ciudad enorme con ciertas tendencias fagocitadoras y con ganas de tragarme de un bocado.

Ahora ya tengo piso, he venido de vacaciones y tengo que comprimir mi vida en pequeñas cajas que siempre me tangan espacio, obligándome a coger más y más... ¿Cabe todo lo que quiero llevarme en un coche? ¿Cabe en una casa?

Supongo que sigo ligeramente aturdida por el hecho de que por primera vez en mi vida me toca vivir absolutamente sola, sin compañeros de piso, sin pareja, sin madre, sin hermanos... Hasta sin mascota... Sólo yo. Sólo yo, un portátil y un sofá de tapizado horrible al que tengo que enfundar en algo para que no parezca tan horrendo... Y una cocina que desengrasar... Vajilla que comprar, ollas que localizar... Y... Y respiro hondo... Poco a poco... Que las prisas no son buenas y ya vuelve ese recurrente dolorcillo de cabeza que me trae loca...

A seguir adelante con lo que venga. Qué remedio...

Comentarios

Tom Baker ha dicho que…
Muchísmos ánimos. Ya verás como en poco tiempo consigues que ese espacio tuyo, sea eso mismo, tuyo. Unrincón dónde refugiarte, y donde compartir con tu gente y la que está por llegar ;)

Un abrazote!

Entradas populares de este blog

Afónica y apaleada

Jogo Duplo (Susana e Catia)

#RetoInspiración día 5 de Jimena Fer