Nunca aprenderé...

Sé perfectamente que es lo que más daño me hace, pero no puedo con ello. A veces no sé si incluso quiero luchar en su contra... Tiendo a ilusionarme, a hacer planes, a creerme que todo es posible si realmente amas... Pero al final las cosas siempre terminan en el mismo lugar: a dos metros bajo tierra. Cada vez es distinta, pero no por ello menos demoledora. Quizás le pido a la vida mucho más de lo que está dispuesta a darme... ¿Podría dejar de hacerlo? No, probablemente no. Así que las quejas no sirven de nada, nunca han servido y nunca lo harán. Pero supongo que soy una cansina, que en el fondo me complace ese dolor sordo en el pecho que me incita a enamorarme. Y quizás sea muy pretencioso por mi parte, pero por ahora no he conocido a nadie que quiera como yo, con esa intensidad destructora que arrasa con todo cuanto toca. Llevo el pecho en llamas más amenudo de lo que me gustaría... Supongo que esa es una de las cosas que nunca podré cambiar, con la que tendré que aprender a vivir.

Sólo le pido a la vida alguien con quien compartirla. Pero poco a poco, a base de bofetadas, me enseña que pedir es algo indigno y que mientras lo siga haciendo no lo tendré jamás. Lo malo es que me resulta imposible desear nada más. Ahora sólo puedo saltar de cambio en cambio y dejarme llevar por la vida a dónde quiera dirigirme. A fin de cuentas eso siempre se me ha dado bien. Pues a dejarse llevar...

Comentarios

Conde ha dicho que…
estoy de acuerdo contigo, sí señor.
Juan ha dicho que…
No pierdas la ilusion nunca, yo suelo hacerlo siempre y es verdad que al menor contratiempo te vienes abajo, pero sabes que?, merece la pena, y no tengo dudas de que alguien aparecera y sera como tu, que lo de todo. Un besazo.
Facinerosa ha dicho que…
Eso es lo que hay que hacer: dejarse llevar.

Entradas populares de este blog

Afónica y apaleada

Jogo Duplo (Susana e Catia)

#RetoInspiración día 5 de Jimena Fer