Casualidad

Los cascos de Turnedo resonaban contra la dura piedra. Por lo demás, el silencio era absoluto. Tiré de las riendas y me apeé acongojada por lo que podría sorprenderme a continuación. Había dejado atrás a mi ejército, todas mis defensas, mi seguridad... No tenía siquiera mi armadura. Había salido con un ligero jubón de cuero como única protección. Pero tenía que seguir adelante. El rastro que había encontrado se borraría si esperaba a la llegada de mis hombres.

Mis botas no hacían apenas ruído mientras avanzada levantando el polvo. Las grandes rocas que rodeaban la gruta se cernían sobre mí. Mi corazón comenzó a acelerarse a medida que me adentraba en la oscuridad. Poco a poco las paredes se acercaron, dificultaban el avance, me obligaban a agacharme y a arrastrarme para poder seguir. Pero al fondo del túnel apareció un pequeño punto de luz que se fue haciendo más grande a medida que me acercaba a él. Estuve a punto de caer al precipitarme hacia adelante, pero en el último momento pude agarrarme a un saliente rocoso. Antes de contemplar el paisaje a mi alrededor, intenté calmarme y bajé sujetándome en los pequeños asideros de las rocas hasta el suelo. Y al volverme para curiosear por fin me quedé sin respiración.

No supe averiguar de dónde procedía la extraña luz verdosa que bañaba el lugar. Quizás surgiese de las aguas del inmenso lago que se extendía ante mí. O quizás fuesen las extrañas plantas que formaban casi una selva a su alrededor... No lo sé, no me fijé demasiado. No lo hice porque sentada junto a la orilla estaba ella...

- Estoy soñando.

Se dio la vuelta sobresaltada y me miró por un instante a los ojos, antes de enrojecer y desviar la vista. Me acerqué, apoyé una rodilla en el suelo y la obligué a mirarme. Levanté su barbilla con mi mano y acerqué mis labios a los suyos. Pero se apartó y se levantó.

- No estás soñando.

- No puede ser cierto.

- Lo es. Aunque es tan extraño...

- Lo es...

Me dejé caer sobre el tronco de uno de los extraños árboles y suspiré. Agaché la cabeza y cuando me di cuenta, ella estaba delante de mí. Fue ella quien acercó sus labios a los míos, mientras yo me quedaba completamente quieta. Y entonces ocurrió. Ella tenía razón. No, no era un sueño...


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A veces ocurre que la casualidad es la guía de mi vida. Casualmente Barcelona no es una ciudad tan grande como aparenta, aunque tenga cuatro aeropuertos. Puedes pasear por el centro y cruzar un paso de peatones cerca de un Starbucks y descubrir que justo hacia ti viene una de tus compañeras de la academia diciendo: "espera, que a esta la conozco".

Pero es todavía mejor cuando estás intentando convencer a alguien para entrar en un local de ambiente cerca de casa y te apoyas en un árbol. Cuando esa persona se te acerca y te besa por primera vez. Cuando quieres olvidarte del resto del mundo... Y de pronto te suena el teléfono móvil. Y al contestar descubres que son otras amigas de Barcelona que viven... Casualmente en el portal al lado del local al que ibas a entrar, o sea, que te están viendo... Y a pesar de que pretendías respetar a la chica que te acompaña, tímida ella, y no ibas a obligarle a conocer a tus amigas, la pobre se ve acorralada por la casualidad...

Mmmmm, lo siento... :P

Gracias, cielo. Gracias por estos maravillosos cuatro días. Ya sé que no quieres que lo agradezca... Pero... Bueno... No puedo evitarlo. Ahora sí puedo decirlo, ¿no?


TE QUIERO.




La pieza que falta en el puzzle...

Comentarios

Ana ha dicho que…
El relato me ha encantado...
Con respecto a lo de las casualidades, si dices que Barcelona no es tan grande, imagínate Málaga, que es bastante más pequeña...Aquí se cumple lo de que el mundo es un pañuelo.

Muchos besitos preciosa.
helen ha dicho que…
Casualidad! Esa canción se la dediqué a mi niña cuando estuvimos a punto de perdernos ;)

Besiños... y ¡enhorabuena!
BeN-HuR VaLDéS LLaMa ha dicho que…
[...] tiempo, mucho ¿verdad? pero he seguido por aqui, no alumbrando tanto pero si pendiente de todo ... el releto ¿que decir que no sepas ya? MARAVILLOSO y por lo demás ...[...] eso queda ya escrito ...




Un saludo como siempre desde Cantabria
Verónica ha dicho que…
Con ese cierre lo definies y lo concluyes todo...

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe caliente, siempre que quieras...

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