Susurros en la oscuridad

Hoy me desperté con un susurro en mi oído. No, amigos y amigas, no dormí acompañada. ¿Entonces?, os preguntaréis. Creo que yo me cuestiono lo mismo. Esta mañana sonó el despertador a las nueve. Como todas las mañanas desde hace una semana y media, decidí que nadie me espera y que puedo remolonear en la cama, con la radio puesta. En esos momentos de duermevela, pegada a la pared y abrazada a mi cojín-vaca, escuché una voz en mi oído que me susurraba mi nombre con una dulzura que no pudo evitar que se erizase la piel de todo mi cuerpo.

- - Ana…

Sólo eso. Mis ojos se abrieron como platos y no pude seguir remoloneando. Me levanté y apagué la radio. No podría decir que fue real. Quizás de nuevo ciertos sueños se empeñen en perseguirme, como hace unos años. Quizás tengo alguna vecina que comparte mi nombre y su madre se lo gritó llegando a mis oídos como un susurro. No lo sé. Creo que nunca llegaré a saberlo. Sin embargo la sensación de inquietud permanece conmigo.

Comentarios

Amrita ha dicho que…
Hola princesa caballero... Pues cuando un susurro viene así a nuestra vida es mejor escuchar con atención, no sea que provenga de nuestro interior y esté intentando decirnos algo, ¿no?

No hagas como tu amiga que quema su casa para mandarse un mensaje a sí misma, jajajaja.

Que tengas dulces sueños... Y que la luz que habita en tu interior te guíe en tu nuevo camino sin dolor ni sufrimiento.
Virginia ha dicho que…
a levantarse que hay mucha vida afuera de tu cuarto!!!

aunque debo confesarte que te envidio terriblemente por poder levantarte a las 9.00

Saludos,

Virginia

Entradas populares de este blog

Afónica y apaleada

Jogo Duplo (Susana e Catia)

#RetoInspiración día 5 de Jimena Fer