Cazando al alma
Rindiéndome a los enfáticos poderes de la luna, descanso el alma en un trono relleno de mares y tempestades que acechan en cada esquina de mi vida. Leo en libros pos modernos el triunfo y la gloria de parte de mi corazón, latiendo con fuerza hacia la dulzura agónica de una nueva vida entre algodones que hasta hace poco era prácticamente imposible ayudar a lograr. El viento gira y cambia la cara de una cinta de cassette oxidada cuyas canciones han sonado en los lugares más oscuros y diversos de miles de universos infinitos. Y la lluvia se hace de rogar en la sequía de unos labios rotos por ceguera ocasional (y emocional)de su portador. El abismo de unas sábanas negras arrastra mi vientre dolorido hacia aguas profundas en el mar de los sueños conseguidos y por alcanzar, soñando en una veta de oro de dieciocho quilates el precio de una sonrisa efímera. Castigándome, me condeno al dolor de la vida truncada, al atontamiento de droga...