Suerte

Llega un momento en el que una lágrima traviesa se niega a volver de nuevo al lugar del que ha venido y se escurre lentamente por la mejilla con ansias de libertad. Hay quien cree que cuando llega ese momento, sale todo en tropel. Todo lo que llevas aguantando durante los últimos días. Sale la frustración, la impotencia, la rabia, el dolor, la pena, la tristeza... Sale el que no puedas aportar nada ante la catástrofe más grande que se ha producido jamás en tu tierra. Sale la sensación de que nunca estás cuando deberías para poder evitar los problemas de después. Sale la lejanía absurda de tu apoyo más grande. La estupidez de unas fórmulas obsoletas que resultan en la posibilidad de la muerte de alguien a quién quieres y que no merece pasar por algo así. Las bandadas de carroñeros sobrevolando los restos del cadáver con sus ojos de konika retratando los malos momentos de gente que ya ha sufrido bas...