Elijo crecer
Cuando te regalan una rosa, sabes cuál será su final. Poco a poco, con el lento paso de los días, se mustiará y, en el mejor de los casos, permanecerá entera perdiendo la vivacidad de su color y abandonándose a un tono marrón grisáceo que simboliza su muerte. Ya está, no hay más posibilidad. Quizás se le caigan los pétalos, quizás no. Esa es toda la variable posible. Entonces, las opciones se limitan a dos: OPCIÓN I.- Quien te la ha regalado, es importante en tu vida. Así que conservas el regalo como recordatorio de lo que esa persona sentía por ti en el momento de entregártela. Aunque quizás esos sentimientos hayan sufrido el mismo deterioro que la flor, quedándose arrugados y secos escondidos en algún rincón de su corazón. Pero eso no lo sabes. Eso sólo lo puede saber esa persona. OPCIÓN II.- La papelera será su cementerio temporal hasta que saques la basura, donde la triturarán como al resto de los desperdicios. Supuestamente la elección es sencilla. Todo depende de lo que sie...