Se me acaba el tiempo
Odio las noches a solas esperando un futuro en que todas sean así salvo contadas excepciones. No puedo dejar de pensar, de darle vueltas a la cabeza, de repasar un ya manoseado mapa de metro para compararlo con el que asoma a mi móvil de la mano del google maps... Y suspiro. Porque parece que todo va saliendo bien a su manera, sin planear, casi como si mis miedos fuesen idioteces y los buenos deseos que ella me regala la más pura de las realidades: "si está para ti, será"... Y yo sigo dando vueltas en la cama, arrugando sábanas de franela para un calor bochornoso que las echa de más, pero añorando otro tipo de calor: el suyo. Porque entre sus brazos es demasiado sencillo caer rendida. Porque sin su abrazo me vuelvo una insomne y la arena del señor del reino de los sueños resbala por mis mejillas al no encontrar mis ojos vidriosos a la luz de un Samsung Galaxy SII que se va quedando obsoleto. Y yo, sencillamente, echándote de menos...