Incontrolable
"La vida es un juego y para divertirse hay que jugar". Más tarde, acuné la teoría de que había que vivir la vida como si se tratase de un juego de ordenador en el que pudieses guardar la partida, sin miedo a lo que pueda pasar porque siempre te queda la opción de volver atrás. Ahora, de pronto y contra todas mis teorías pasadas, tengo miedo. Tengo un pánico atroz que me seca la boca y me obliga a respirar con más fuerza. ¿A qué? No tengo ni la más remota idea. El sentimiento me asaltó como una puñalada esta misma tarde, en medio ninguna parte, perdida en la nada... De pronto me asaltaron las ganas de irme a casa, dándome igual las consecuencias que implicarían. Las lágrimas ganaron la partida y rodaron por mis mejillas... Y me costaba tanto respirar y tragar que hasta empecé a asustarme. Sigo queriendo volver a casa. ¿Dónde se supone que es eso? La verdad es que no lo sé. Probablemente la semana pasada no habría dudado al responder. Ahora sólo podía pensar en abrazarme fuer