*Miau*
Tienes razón, los gatos son algo muy mío, muy, muy mío. Al menos desde que empecé a dibujarlos para ti. O mejor, desde que empecé a dibujarNOS para ti. Porque eres mi gatita blanca y yo soy esa suerte de desastre con patas negro y con cara de perdido que siempre trata de llegar hasta ti. No me lo esperaba... Me pillaste completamente por sorpresa... Y me encantó. Empecé a leer tu carta, como me dijiste que hiciera, de camino a la academia desde Correos. Pronto llegué al punto en que me pedías que abriese el regalo. Sonreí y dejé de leer enseguida. Abrí el paquete (que huele... ¿a ti?) y al abrir la caja surgió la sonrisa que llevo incluso ahora mismo, horas y horas después, tras un examen de órganos judiciales y otro de informática, un plantón (no me lo tomo a mal, blackberry mala... xD), sesión de gimnasio y parte de la tarde medio grogui intentando recuperarme. Lo miré un rato (aprovechando un paso de peatones en rojo, justo ante la Alameda). La sonrisa se hizo más ancha. Cuando cons